Política de Cookies
Utilizamos cookies y tecnologías similares para personalizar el contenido, adaptar los anuncios y medir su eficacia, así como para ofrecer una mejor experiencia.
2025-05-06
El hormigón pretensado hace tiempo que ha irrumpido en el sector de la construcción con promesas de mayor eficiencia, reducción de costes y diseños arquitectónicos más ambiciosos. Para proyectos de cierta envergadura, esta tecnología parece ofrecer la clave para una construcción más rápida y rentable.
Sin embargo, detrás de su aparente perfección se esconden desafíos técnicos, logísticos y financieros que han generado dudas entre promotores e inversores hasta ahora. ¿Es realmente el futuro de la construcción o solo una alternativa con limitaciones significativas?
El hormigón pretensado es una técnica de construcción en la que se aplica una tensión previa a los cables de acero antes del vertido del hormigón. Esto permite crear estructuras más resistentes y ligeras, ideales para grandes luces y diseños sin pilares intermedios.
el tiempo de ejecución es un factor determinante en la rentabilidad del proyecto. Cada mes de retraso supone una pérdida en potenciales ingresos y un aumento en costes financieros.
Con el hormigón pretensado, el ahorro de tiempo puede situarse entre el 25% y el 40% en comparación con el hormigón armado tradicional. La prefabricación de elementos estructurales permite que los módulos lleguen listos para su ensamblaje, reduciendo los plazos de obra y permitiendo que un hotel o complejo residencial o un Flexliving, inicie su operación meses antes.
El impacto en costes también es considerable. Los forjados de hormigón pretensado ofrecen un ahorro potencial del 5-20% dependiendo del tipo de estructura y materiales utilizados, principalmente debido a una menor necesidad de acero de refuerzo y una optimización en el uso del hormigón.
Además, la reducción en la carga estructural permite diseñar edificios más ligeros, con menos cimentación y menores costes en movimiento de tierras.
En el ámbito del diseño arquitectónico, los espacios abiertos sin pilares intermedios, esenciales para lobbies de hoteles, centros de convenciones o apartamentos flexibles, se benefician enormemente del pretensado, que adquiere aún más sentido si cabe, cuando las luces superan los 8-9 metros. En un sector donde la rentabilidad se mide en metros cuadrados aprovechables, esto se traduce en una ventaja competitiva clave.
Si bien el coste total de un proyecto puede reducirse a largo plazo, la inversión inicial en hormigón pretensado es notablemente más alta. La fabricación de los elementos requiere instalaciones especializadas y maquinaria costosa, lo que incrementa el presupuesto en la fase inicial del proyecto.
Además, su implementación demanda mano de obra cualificada, que no siempre está disponible. Esto puede generar sobrecostes en la contratación de personal especializado o en la capacitación de equipos.
En proyectos en zonas urbanas densas, el transporte y almacenamiento de piezas prefabricadas puede volverse un problema considerable. Las grúas necesarias para el montaje requieren espacios amplios para maniobras, lo que puede encarecer la construcción en ubicaciones estratégicas como centros históricos o áreas de difícil acceso. En estos casos, el hormigón tradicional sigue ofreciendo mayor flexibilidad en la ejecución.
Aunque ideal para construcciones modulares y repetitivas, su rigidez en términos de adaptación hace que las modificaciones de última hora sean complicadas y costosas, esta falta de flexibilidad en el diseño puede ser un inconveniente relevante.
El hormigón pretensado ha cambiado las reglas del juego en la construcción, ofreciendo ventajas innegables en términos de rapidez, costes y eficiencia estructural. Sin embargo, no es la panacea universal. Los elevados costes iniciales, los retos logísticos y las limitaciones en la personalización lo convierten en una opción adecuada solo para ciertos tipos de proyectos.
Si bien su expansión es inminente, no todas las constructoras y promotoras están dispuestas a asumir los riesgos que conlleva. Al final, la gran pregunta sigue en el aire: ¿es el hormigón pretensado el futuro de la construcción o solo una opción más con pros y contras como cualquier otra?
Artículo de Jorge Ojeda, Technical Director BRAVUS Iberian Partners.